A veces los católicos nos preguntamos por qué creemos en Dios, y muchos respondemos: "porque nos lo enseñaron desde chiquitos". Pero sabemos bien que ésa no es la respuesta, que hay algo más que nos hace creer en Él. Yo creo en Dios porque tengo fe en Él. Pues creer en Dios es más que simplemente creer en algo que existe materialmente, es creer en alguien que nunca hemos visto y que mientras estemos aquí nunca veremos. Nosotros podemos sentir a Dios porque cada vez que escuchamos su Palabra o cada vez que rezamos, sentimos esa paz interior que no podemos explicar... en realidad es Dios. A veces sentimos que nos vienen ideas de cómo solucionar los problemas de la nada... pues también es Dios.
Pero las mejores respuestas las encontramos en la Biblia que es una guía para la vida. En este libro de libros podemos encontrar una respuesta para cada problema escondida en una parábola o en una profecía. Lo difícil es saber cómo llegar al verdadero mensaje, y para ello está la Iglesia, donde tenemos a mucha gente que sabe más que nosotros y que nos pueden ayudar, y donde nosotros podemos ayudar a los que saben menos a encontrar a Dios.
Cuando tenemos un problema siempre buscamos a Dios, para cualquier cosa pero nunca le agradecemos, a veces hasta yo mismo me doy cuenta cuando estoy en esa situación. Lo que ocurre es que nosotros como seres humanos queremos muchas cosas. Pero antes que nada debemos darnos cuenta cuáles son los principales problemas que nos rodean, pues estos causan otros mayores y así sucesivamente.
Dios nos dice cómo debemos solucionar los problemas. Para los que se preguntan siempre "¿por qué el mundo está cada vez peor?" la respuesta es muy simple: porque tenemos la solución a los problemas pero no las aplicamos. Dios no puede cambiar nuestro comportamiento si nosotros no ponemos de nuestra parte. Hay gente que usa la situación del mundo como excusa para ser ateo pero lo único que demuestran es falta de valentía para luchar por un mundo perfecto, aunque suene utópico. Eso es lo que Dios quiere de nosotros que no nos rindamos y que no sucumbamos ante los problemas más difíciles, ni las tentaciones. El ateísmo surge como una seudo "solución" a los problemas del mundo, que consiste en decir "no hay solución y no se puede hacer nada".
No podemos rendirnos porque no logremos aún la "felicidad" o porque veamos a tanta gente sufriendo a nuestro alrededor. Más bien debemos acoger las respuestas que Dios nos da. Dios es el motivo por el que estamos acá y nosotros debemos mejorar como personas para poder ayudar a los otros a mejorar, dando el ejemplo. No podemos ser felices si no vivimos en comunidad, si no nos ayudamos.
Para llegar a Dios debemos hacer las cosas como dice el evangelio de San Lucas y que es los que Dios nos propone: "Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor , allanen sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo áspero se iguale .Y todos verán la salvación de Dios". Este mensaje del Evangelio no puede ser más claro, tenemos los instrumentos para allanar el camino y hacerlo más fácil pero debemos hacerlo todos en comunidad pues compartiendo nuestras